Sobre mi

               

     

      Soy Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (U.N.E.D.), habiendo cursado los tres primeros años en la Universidad Autónoma de Madrid (U.A.M.). Estudié la licenciatura siguiendo el itinerario curricular de Psicología Clínica.

      Tengo un Máster de Postgrado expedido por la U.N.E.D. en “Terapia de Conducta”. Realicé las prácticas profesionales supervisadas de dicho Máster en el centro ANPSA, en Alcorcón.

      Tengo el Certificado como Psicólogo habilitado para el ejercicio de Actividades Sanitarias, emitido por la Dirección General de Ordenación e Inspección de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que me acredita y me autoriza para realizar funciones como Psicólogo General Sanitario en todo el territorio nacional.

      He realizado los siguientes Cursos de Formación:

-       Curso de “Psicología a Domicilio”, realizado en la Asociación A.P.E.C.

-       Curso de “Entrenamiento en Relajación y Habilidades Emocionales”.

-       Curso de “Consciencia Creativa”.

-       Curso de “Consciencia de la Consciencia”.

-       Curso de “Creencias”.

                ..… estos cursos realizados en la “Escuela Granada”, de Madrid.
 -      Curso del "Método Silva", realizado en Silva International INC.

 



 

     



     

      A partir de la segunda mitad del siglo XVIII tuvo lugar en Inglaterra la Revolución Industrial, con la que comenzó un proceso de profundas transformaciones sociales, económicas y tecnológicas que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Estuvo sustentada por la invención de la máquina de vapor y hubo considerables avances en transportes, industria y tecnología. Entre otras cosas, esto supuso el comienzo de un gran esfuerzo del ser humano y su consiguiente mayor desgaste físico y psicológico, ya que anteriormente estaba inmerso en otras estructuras socioeconómicas.

      Desde mediados del siglo XIX acaeció la segunda Revolución Industrial, o una continuación de la primera, que consistió en que estos avances industriales se expandieron por otros países europeos, Japón y EEUU. , y más tarde por el resto de países occidentales. Se accedió a diferentes recursos naturales, como metales y productos químicos. También comienzan a aparecer nuevas formas de energía como la electricidad o el petróleo.

      Actualmente estamos inmersos en otra “revolución”, desde mediados del siglo XX de forma más acuciante. Tiene como principal fuente y materia prima la “información” y la creciente capacidad para manejarla a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). La actual Sociedad de la Información es muy compleja y cambiante, está sustentada por la rapidez y el inmenso caudal de recepción y movimiento de las informaciones a la vez que los continuos avances tecnológicos para manejarlas y procesarlas.

      Nunca antes se había llegado a cotas tan altas de interactividad e intercomunicación, lo que hace que estemos asistiendo a un gran cambio que tiene muchas repercusiones de todo tipo, incide en todos los ámbitos en los que desarrollamos nuestra actividad, social, laboral, etc. Este proceso acaecido en apenas dos siglos y medio ha supuesto una transformación brutal de la forma de vida del ser humano, y su aceleración cada vez es más rápida y vertiginosa, de una forma exponencial ascendente, lo que le requiere de un gran esfuerzo de adaptación.

      Este fenómeno, unido a sistemas políticos y económicos imperantes a nivel global contribuyen a una cada vez mayor apertura del abanico de las desigualdades sociales de forma que, paradójicamente, las clases medias y bajas están sometidas a difíciles condiciones sociales, laborales y económicas; esto considerando países de nuestro entorno, la situación se recrudece en los llamados países en vías de desarrollo.

      Estas son, entre otras, grandes presiones a las que se ve sometida la humanidad actualmente, y, aunque en los países desarrollados del primer mundo la supervivencia esté garantizada, constituyen otro tipo de amenaza que socava los recursos psicológicos y emocionales del hombre y la mujer de hoy. Desde principios de su andadura en este planeta, los homínidos se vieron seriamente amenazados por todo tipo de peligros reales a su supervivencia, como inclemencias meteorológicas, desastres naturales y existencia de depredadores animales más poderosos físicamente que ellos, ya que fue un largo periodo evolutivo con muchas presiones, por lo que la evolución les dotó de mecanismos emocionales y conductuales gracias a los cuales sobrevivieron. En la medida en que estas presiones a la supervivencia fueron desapareciendo, el repertorio emocional fue quedando obsoleto y el crecimiento desproporcionado de la ira en la actualidad supone un verdadero problema social, con consecuencias muchas veces desastrosas.

      El entrenamiento y fortalecimiento de regiones cerebrales de última incorporación en el devenir evolutivo,  como la corteza cerebral, en su zona frontal, resulta fundamental para contener la marea de impulsos emocionales procedentes del cerebro emocional. En esto va a consistir nuestro trabajo, nuestra psicoterapia, en la instauración de unos pensamientos más saludables, más adecuados, que nos aporten mayor bienestar físico y emocional.